"El delirio es una tentativa de curación, y la persecución, la única compañía del paranoico". Lo dijo Sigmund Freud y se trata de una afirmación en la que los profesionales que practican la Otra psiquiatría creen a pies juntillas. Se distancian del maridaje actual entre la psiquiatría y la farmacología y defienden que los pacientes son sujetos singulares a los que es necesario guiar. En definitiva, defienden la revitalización y extensión del ahora tan polémico psicoanálisis partiendo de su ejercicio en las instituciones públicas sanitarias.
Sigmund Freud revolucionó la clínica psiquiátrica, que durante la primera parte del siglo pasado se ocupó de la estructura de la locura y de buscar sus causas. Sin embargo, hoy el discurso farmacológico ha logrado imponerse y los pilares de la psiquiatría son el tratamiento biológico y la terapia cognitivo conductual. La receta de la Otra psiquiatría consister en combinar los fármacos con un tratamiento oral, que devuelva al demente su individualidad y la responsabilidad sobre su locura.
"En la Otra psiquiatría confluye la amistad, el interés por el estudio de la psicopatología psicoanalítica y el trato con el loco. No es ninguna asociación, no tiene miembros ni socios", describe José María Álvarez, especialista en Psicología Clínica del Hospital Psiquiátrico Doctor Villacián, de Valladolid, escritor y uno de los mentores de este movimiento. "Nuestro punto de vista -continúa- es que dentro de cada loco hay alguien que trata de reequilibrar su locura. Por tanto, no es un ente abstracto, sino un sujeto singular al que hay que guiar y apoyar en su propio trabajo de recuperación".
La clave de este pensamiento y de esta manera de trabajar es que el loco es responsable de su locura y de aceptar ayuda . "Nosotros defendemos que se puede generalizar la oferta porque son pacientes graves pero pueden elegir. De todas formas, muchas veces no quieren; yo soy psiquiatra de la Seguridad Social en Vigo y recibo 20 pacientes al día, de los cuales la mayoría sólo quieren pastillas", explica Pepe Eiras, psiquiatra del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). José María Álvarez matiza: "Hay dos tipos de tratamiento: uno busca que la gente siga dormida y no piense en nada, y otro intenta que despierte y sepa algo de lo que le pasa. Nosotros creemos que esta segunda vía es la mejor, pero respetamos a los que no quieren saber nada".
Historia del movimiento
La clave de este pensamiento y de esta manera de trabajar es que el loco es responsable de su locura y de aceptar ayuda . "Nosotros defendemos que se puede generalizar la oferta porque son pacientes graves pero pueden elegir. De todas formas, muchas veces no quieren; yo soy psiquiatra de la Seguridad Social en Vigo y recibo 20 pacientes al día, de los cuales la mayoría sólo quieren pastillas", explica Pepe Eiras, psiquiatra del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). José María Álvarez matiza: "Hay dos tipos de tratamiento: uno busca que la gente siga dormida y no piense en nada, y otro intenta que despierte y sepa algo de lo que le pasa. Nosotros creemos que esta segunda vía es la mejor, pero respetamos a los que no quieren saber nada".
Historia del movimiento
Las personas vinculadas a la Otra psiquiatría son psicoanalistas, psiquiatras y psicólogos clínicos que trabajan en servicios públicos de Salud Mental. Orientados por la enseñanza de Lacan, estos especialistas apuestan por la revitalización y extensión del psicoanálisis en las instituciones públicas sanitarias. El movimiento surgió hace unos años en el Hospital Doctor Villacián, de Valladolid. Junto a José María Álvarez, desempeñaron un papel muy relevante Fernando Colina y Ramón Esteban. En 2004, la iniciativa superó el ámbito local cuando se sumaron Pepe Eiras y Chus Gómez, actualmente jefa de sección del Hospital Doctor Cabaleiro Goás, de Toén (Orense), una de las instituciones públicas españolas en las que se ha implantado un método diferente.
No al antojo comercial
Estos especialistas opinan que la psiquiatría actual gira en torno al positivismo científico y que ha dado la espalda al deseo de saber sobre la locura, enterrando la curiosidad y despreciando la inteligencia. A su juicio, hoy la industria farmacéutica dicta a su antojo comercial las vicisitudes y el modelo de los síntomas. "No es que aquí hagamos psiconálisis, sino que la escucha psicoanalítica orienta el trabajo en equipo", aclara Chus Gómez sobre los métodos del hospital psiquiátrico de Orense. Se trata de un abordaje que respeta la particularidad de cada persona, que no se queda en la superficie sino que se adentra en la historia vital del paciente. Gómez explica cómo se trabaja en Toén: "Mi escucha está orientada por el psicoanálisis. Tratamos de insertar la biografía del paciente en lo que ocurre, de hablar, de escuchar; intentamos el trato, el pacto".
No al antojo comercial
Estos especialistas opinan que la psiquiatría actual gira en torno al positivismo científico y que ha dado la espalda al deseo de saber sobre la locura, enterrando la curiosidad y despreciando la inteligencia. A su juicio, hoy la industria farmacéutica dicta a su antojo comercial las vicisitudes y el modelo de los síntomas. "No es que aquí hagamos psiconálisis, sino que la escucha psicoanalítica orienta el trabajo en equipo", aclara Chus Gómez sobre los métodos del hospital psiquiátrico de Orense. Se trata de un abordaje que respeta la particularidad de cada persona, que no se queda en la superficie sino que se adentra en la historia vital del paciente. Gómez explica cómo se trabaja en Toén: "Mi escucha está orientada por el psicoanálisis. Tratamos de insertar la biografía del paciente en lo que ocurre, de hablar, de escuchar; intentamos el trato, el pacto".
Cuando hablan de resultados, no tienen dudas: "A nivel estadístico, algunos estudios internacionales indican que con este tipo de terapia -fármacos más tratamiento por la palabra- los resultados son un 50 por ciento mejores", asegura Pepe Eiras.
Uno de los principales beneficios "es que el paciente está más conforme consigo mismo, sufre menos y sus síntomas le permiten vivir mejor", añade José María Álvarez. También aumenta su capacidad de relacionarse con los demás haciendo posible su salida de un centro psiquiátrico. Sin embargo, Gómez advierte de que "no todos los pacientes pueden hacer algo con su locura”. En este sentido, Eiras resalta que estas terapias requieren de un mayor compromiso por parte de los enfermos, lo que no es fácil de conseguir.
De todos modos, la práctica de la Otra psiquiatría se traduce no sólo en el estado de los pacientes sino en la dinámica de las instituciones y en el ambiente que se respira cuando se cruza la puerta de entrada. "Toén es hoy un hospital psiquiátrico moderno", insiste Eiras. Salvo las rejas colocadas en las ventanas, nada hace recordar el rancio ambiente de esos viejos psiquiátricos tantas veces llevados al cine en este complejo abierto en 1959 y en cuyo recorrido las sensaciones no distan mucho de las que surgen cuando se transita por cualquier centro hospitalario.
Como en otras muchas instituciones psiquiátricas, Toén se regía en el pasado por un discurso cerrado, resistente al cambio y apegado a las normas. La influencia de la Otra psiquiatría ha provocado un giro que posiblemente ya no tiene retorno. "Los pacientes están más apaciguados y vivos; la institución se ha dulcificado", confiesa satisfecha pero con discreción Gómez, quien no tiene dudas de que el ambiente hospitalario tiene una repercusión en los enfermos.
Pero existen cifras y datos concretos. Los pacientes necesitan menos medicación y, por ejemplo, en el último año la institución orensana ha ahorrado 20.000 euros en fármacos. Se pueden externalizar un número considerable de pacientes y, de hecho, en los últimos doce meses han abandonado el hospital alrededor de 30 personas, algunas con 10 y 15 años de antigüedad; el caso más llamativo es el de un paciente que llevaba viviendo entre estas paredes 39 años. Prácticamente han desaparecido las contenciones mecánicas y se han reducido tanto los reingresos como los pasos al acto (intentos de fuga, consumo tóxico, etc.).
"Los pacientes toman sus propias decisiones"
Como en otras muchas instituciones psiquiátricas, Toén se regía en el pasado por un discurso cerrado, resistente al cambio y apegado a las normas. La influencia de la Otra psiquiatría ha provocado un giro que posiblemente ya no tiene retorno. "Los pacientes están más apaciguados y vivos; la institución se ha dulcificado", confiesa satisfecha pero con discreción Gómez, quien no tiene dudas de que el ambiente hospitalario tiene una repercusión en los enfermos.
Pero existen cifras y datos concretos. Los pacientes necesitan menos medicación y, por ejemplo, en el último año la institución orensana ha ahorrado 20.000 euros en fármacos. Se pueden externalizar un número considerable de pacientes y, de hecho, en los últimos doce meses han abandonado el hospital alrededor de 30 personas, algunas con 10 y 15 años de antigüedad; el caso más llamativo es el de un paciente que llevaba viviendo entre estas paredes 39 años. Prácticamente han desaparecido las contenciones mecánicas y se han reducido tanto los reingresos como los pasos al acto (intentos de fuga, consumo tóxico, etc.).
"Los pacientes toman sus propias decisiones"
Alcira Cibeira es una psiquiatra joven que hace dos años terminó su residencia en el Servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario de Orense. Como los demás, en ese período de aprendizaje realizó una rotación de cuatro meses en Toén. "Todo el mundo trataba de que el mes de vacaciones coincidiese con esta rotación y estar lo menos posible aquí", reconoce esta especialista que ahora forma parte del equipo de psiquiatría de este centro. "Yo pensaba en pacientes crónicos, no rescatables, así que cuando Chus Gómez me llamó para que me incorporase al proyecto dije que no", recuerda. Pero cambió de opinión: "Me sorprendió su manera de trabajar, me quedé alucinada con su forma de tratar a un paciente conflictivo".Cibeira asegura que se han producido muchos cambios, algunos muy sutiles y otros muy radicales: "Desde que algunos pacientes dejaron de beber de manera compulsiva hasta que ahora ellos toman sus propias decisiones, tienen más margen de maniobra". Hay que destacar que la Otra psiquiatría es una iniciativa con una vocación docente, ya que en los servicios hospitalarios de las instituciones públicas se forma a futuros especialistas en Psiquiatría y Psicología Clínica (MIR y PIR). Así, el Hospital Cabaleiro Goás imparte un seminario de psicoanálisis cada dos semanas, en el que participan prácticamente todos los residentes del área de Orense y también de otras áreas sanitarias próximas.
'Loco' describe una manera de entender el mundo
'Loco' describe una manera de entender el mundo
Los profesionales vinculados a la Otra psiquiatría abogan por la recuperación de algunos términos, una muestra más de una concepción distinta de la Psiquiatría. Siempre se refieren a sus pacientes como "locos" porque defienden que es una palabra muy digna que atribuye a la persona una manera de entender el mundo. "Hablamos de loco, pero no en sentido peyorativo, sino para devolverle su dignidad", explica Chus Gómez.
Lo mismo ocurre con "histeria". José María Álvarez recuerda que es uno de los términos médicos y clínicos más antiguos de la historia de la humanidad y que el lastre que tiene de injurioso ha acabado con el concepto. "Sin embargo, es un término muy específico y que tiene una utilidad clínica indudable. Histeria quiere decir insatisfacción y la apuesta de una persona por seguir insatisfecha. Es una palabra que no tiene nada que ver con estar de los nervios o con que la vida te desborde y te pongas a gritar".María Lagoa, Vigo
Extraido del Diario Medico del 28/07/2008
Hola acabo de conoceros en el blog de Jony (Cosas que tu psiquiatra nunca te dijo). Estoy de acuerdo en que falta un tratamiento oral no solo en la locura si no en cualquier aspecto de la salud y la felicidad del hombre.
ResponderEliminarSentirse escuchado y permitir que te expreses salen demasiado caros sino es en una consulta privada. En el ambito de sanidad pública pocas palabras y mucho pastilleo.
Aunque no se si todo el mundo estará de acuerdo en llamar a las cosas por su nombre, digase loco o digase histerica, aunque queda claro que es el tono quien las matiza y las inutiliza.
Un placer conoceros y Feliz Año.
Lo que más me sorprende de este texto es que se haya publicado en el diario médico; foro donde se hacen habitualmente eco de la comorbilidad de TDAH con depresión, del infradiagnóstico de las enfermedades mentales, de la bioquímica del sufrimiento, y otro asuntos sospechosos...
ResponderEliminar¿Se podría tomar la aparición de este discurso en ese medio, como señal de que realmente está pasando algo, que ya sobrepasa los despachos individuales y la blogesfera?
Saludos
NEuriwoman estoy de acuerdo casi al 100% contigo (y por cierto a mi tambien me encantan los Koan -aunque este coment se desprenda de otro blog). Miguel por lo que yo sé, sabes que me muevo mucho, por esto de hacer periodismo especializado algo se empieza a mover gracias a la lucha de muchísima gente. La dificultad (citando a un buen amigo psiquiatra) para que el cambio se concrete es que debemos ser muy claros y estar muy unidos a pesar de las diferencias para que se nos vea más que a los pharma y sus luces de neón.
ResponderEliminarAbrazos!!
En mi caso, en relación a los cambios que se puedan estar produciendo, noto un efecto a nivel individual. Desde que escribo el blog, la "salida del armario" va creciendo en progresión geométrica, y también la recepción positiva en la respuesta de la gente con la que hablo. Y sobre todo, se me ha instalado una perspectiva sólida en relación a estos temas, cada vez estoy más convencida de que defiendo algo válido, digno, científico también, por qué no. El positivismo no es el único método para conocer, y menos aún en lo concerniente a la locura. Todas las humanidades son pocas para entender y aliviar el sufrimiento humano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues puede ser Miguel. De nosotros depende coger el trstigo. La Otra Psiquiatria puede ser la ensoñación de una insurgencia no solo fragmentada.
ResponderEliminarSeguramente no sea el sitio ideal para hacer estas preguntas, pero harta de ir de aquí para allá sin respuestas.....no me queda más opción ; )
ResponderEliminarTengo 28 años y un montón de problemas ( cambios bruscos de humor, nerviosismo, miedo, cansancio, sensaciones muy extrañas en el cuerpo, irrealidad, un poco de todo ya veis): LLevo así desde los 19 años y he mejorado muchisimo pero ahora que estoy mas ¨estable¨noto que tengo cambios de humor muy fuertes.Me paso 5/6 dias, sin fuerzas, llorando, con muchas ganaas de dormir, súper bloqueada hasta con pensamientos de suicidio (y claro despues se me pasas y digo como coño hace dos dias estaba pensando esto y ahora...) y poco a poco me voy recuperando, con el cansancio asociado q esto conlleva, palided, bostezos constantes... Y despues pues empiezo como a activarme demasiado, más nerviosa,pensamiento mucho más fluido, con fuerzas para comerme el mundo vamos! intento llevarlo como puedo, manejar mis nervios, bajar el ritmo. Supongo q pensais bipolar! la verdad ni idea, pero los médicos q me han visto lo descartan porque dicen q soy capaz de ¨frenarme¨por así decirlo. Yo no lo sé ( no he estudiado para hacer este tipo de diagnosticos ) pero lo que si sé es que estos cambios de humor no tienen relación con nada, es como un derrepente plof bajón, es rarisimo.
Despues de esta disertación sobre mi estado psico-fisico ( que aunq intento tomarmelo de risa (hoy) es una autentica mierda), quería preguntaros que opinais y como he visto que sois de Vigo (Eiras) pues recomendarme algún profesional que me pueda ayudar, no puedo seguir así ( olvidé comentaros el como afecta esto a mi día a día, pero creo que podeis imaginarlo....)
Ahí lo dejo, la disertación y mi mail (rosa_lia17@hotmail.com)
un saludo
Rosalia álvarez